Casi exquisito

El pase del Barcelona a cuartos de final de la Liga de Campeones sobre el O.Lyon fue casi exquisito. Y digo casi porque los vaivenes a inicios de la segunda mitad deberían haberse podido evitar. Ya lo sé. Es pedir el súmmum después de ver una de las mejores aplicaciones a la práctica de la teoría fantástica del fútbol. Fueron unos primeros 42 minutos de goce, placer y disfrute. Parecía que la goleada no tenía fin, tan solo por el silbido del árbitro. Hecho que maldecías para que no llegara. Pero del altar se tuvo que bajar al equipo. No con el primer gol de los franceses, puesto después de un 4-0 en 42 minutos el placer por el juego exhibido permitía dicha relajación. Y más después de un saque de corner a finales de la primera mitad cuando la locura entre el aficionado se contagiaba en el propio campo. No hubo pecado en aquella acción.

No obstante, sí se cometió al inicio de la segunda mitad. El conjunto blaugrana no supo controlar el ritmo del partido y la locura se desató por instantes. Dos minutos de iniciar el balón a rodar tras el descanso los blaugranas recibieron el segundo gol. Mal. Pero lo que fue aún peor es ver como los jugadores blaugrana intentaron ansiosos volver a tocar la barita del buen fútbol, pero sin sentido. Como aficionado se disfrutan los vaivenes de unos y otros, pero como seguidor del Barça se veía a un equipo que no competía, que jugaba. Y esto sí es un peligro. Aún así, el partido se consiguió, más o menos, controlar. Y el buen fútbol blaugrana, sin llegar a la exquisitez de la primera mitad, volvió para no dejar más protagonizar cualquier otra jugada peligrosa a favor de los franceses. Incluso ene l tiempo añadido Keita marcaba el quinto. 5-2. Casi exquisito.

Pd: Madrid. A chorrear que son dos dias. Ánimo. Ya solo te queda la Liga. ¿A quién toca ahora chorrear?