Joan Laporta no padece las vuvuzuelas del Mundial de Sudáfrica. Pero el domingo padeció la proclamación de Sandro Rosell como nuevo presidente electo del FC Barcelona. El síntoma, para el todavía presidente culé, debe ser el mismo, puesto en ambas ocasiones lo mejor pues es taponarse los oídos. O no. Mmm… más que sí, ¿no? Con la victoria aplastante de Rosell ganó el antilaportismo o se castigó a los sucesores del laportismo. Una corriente, que me perdonen, en la que Rosell puso su granito de arena en 2003. Alexandre, o Sandro, pasó de ser un peso pesado en la primera junta directiva de Laporta a ser un pesado peso, y dimitió en 2005 como vicepresidente deportivo. Los caminos ahora se entrecruzan: 15 días para cohabitar. El socio es soberano, y como tal, los logros de la directiva de Rosell, son los de todos.A pesar de ganar de forma aplastante Rosell –con un 61,4% de los votos (35.021)-, resalta en segunda posición Agustí Benedito (14,1%). La alternativa. El equipo de Benedito fue ganando enteros y echó por tierra la estrategia de Marc Ingla (12,3%) y la de Jaume Ferrer (10,8%). Pero lo dicho, el socio fue soberano una vez más y habló con rotundidad.
¿Se comprará ahora Laporta los tapones para combatir las vuvuzuelas?
2 comentarios:
No me gusta eso de "perdio el Laportismo", basta de separar al Barcelonismo.
Ojalá que a Sandro le vaya muy bien y que su mandato esté lleno de éxitos.
Saludos.
@gabriela
Guste o no la expresión ha sido así. Se ha castigado al laportismo, o si prefieres, al método de hacer de Laporta... por eso, Rosell, su antñitesis, ganó y por eso también el apoyo hacia Jaume Ferrer le ha hecho ser el menos votado... Y yo no sepro a nadie, pero en esto del Barça la separación ha sido una tónica habitual.... Suaristas o Kubalistas (por ejemplo).
saludos compañera!!
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