El respeto a un sentimiento

El sentimiento de un aficionado respecto a su club es la mayor libertad de decisión que goza sobre sí mismo. Un individuo elije cual y porqué es esa y no aquella otra entidad en la que pertenecer. Como también poderla cambiar, si así se merece. Y este sentimiento es, en definitiva, el respeto a una afición. Y un claro ejemplo a todo esto fue el poder asistir en primera persona a un espectáculo de amor hacia un club, una tradición de todo un municipio por la práctica de un deporte: el BM la Roca, de la Roca del Valles (Barcelona). Unos 300 socios, gran parte de la masa social del club, vitorearon en una asamblea general extraordinaria (25 de mayo) a la actual junta directiva con un lema: “No ho deixeu, no us deixem” (No lo dejéis, no os dejaremos). Y, ¿por qué lo hicieron? Porque los directivos dimitieron tras 30 años en su cargo debido a una cuestión de orgullo por discrepancias en el calendario 2010/2011 en la utilización de las pistas deportivas del municipio, que gestiona el Ayuntamiento.

Y digo todo esto porque esa masa social demostró querer a un club, más allá de una directiva. Sisi, más allá. Los directivos marcharon, pero queda la entidad, el club y una tradición por el balonmano. A lo sumo, veo como diferentes precandidatos a las elecciones del FC Barcelona contaminan su puesta en escena con mítines contra unos y otros. No hay argumentos de peso. Las elecciones se discurren entre los laportistas y los rosellistas… pero de los laportistas hay una rama que son los inglaístas… mmm… ¿a qué juegan? Que cada uno explique quienes son, qué quieren hacer y cómo lo van a conseguir. Que no jueguen con el respeto a un sentimiento, que de eso ya se hace muy bien des del Real Madrid.